sábado, 25 de febrero de 2012

El día del Ángel


Parece mentira pero hace ya un año que El Ángel abandonó su cuerpo para ser más Ángel que nunca, aunque eso dejara dolores y vacíos difíciles de soportar para sus papás.

Sigue cuidando de tu madre, que tanto te añora, allá donde tu espíritu aún sigue inundando de amor el recuerdo del tiempo que pasaste con ella, y que ha de alcanzarle, tal y como dice, para esta vida y otras dos más.

Siempre en nuestros corazones

miércoles, 22 de febrero de 2012

Huevos con bechamel (O hasta luego nada más)

Hoy me fui con las niñas por la tarde a la biblioteca para hacer tiempo y dejar al santo sólo para que limpiara la casa. Quedándose uno sólo, cunde más.

Te cuento esto Pe, porque sé que estas cosas te encantan, y que esa espinita que ya tenías desde pequeña; tal y como me contabas en la reivindicación de la igualdad, se va desclavando día a día con los avances en nuestro día a día.

Avances a los que has contribuido no sólo en lo profesional, y muy bien además, sino en lo personal, recordándonos siempre toda tú, con tu actitud, el respeto que una mujer se merece más allá de su equivalencia con un hombre.

De lo importante que es sentirse bonita, tanto por dentro como por fuera, sin ser necesariamente superficial por ello.

De dedicarse tiempo a una misma por que sí (los domingos por la noche, para mí) y no necesariamente por nadie más.

Fuerte, constante, cabezona, luchadora ¡y ahorradora! Siempre te pongo de ejemplo de que no por ser joven, se ha de ser irresponsable, inmaduro, inconstante o inconsciente: conociéndote nadie podría poner nunca jamás la juventud como excusa.

Llegamos de la biblioteca las niñas y yo, y las pongo en remojo. Lo bueno de que se lleven 7 años casi completos, es que pueden vigilarse la una a la otra en el baño, mientras el santo pela 7 huevos hervidos en el vertiginoso tiempo de 40 minutos, y yo termino la bechamel
 (truco de Peter: se cubren en un cazo con agua, y se ponen a hervir en la vitro, cuando arranca a hervir el agua se apagan y se les deja en ese calor residual 20 minutos ¡hechos! eso sí, no es para unas prisas) 

He tenido algunos minutos en la tarde, podría haber leido el e-mail en algún hueco. Pero no he querido.
Recibido hoy 5 minutos antes de que terminara nuestra jornada laboral, y habiendo leido las primeras frases, decidí que quería leerlo a solas, y llorar nuestro hastaluego tranquila y con tiempo de responderte como mereces, y como la situación merece también.

Se cortan los huevos cocidos en rodajas, les pongo queso en polvo por encima, y luego una bechamel en su punto: ni clara ni espesa, en el punto medio. A la nena grande se le ha ocurrido que le pusiéramos bacon pequeñito por encima, y orégano además de más queso rallado para que supiera a pizza. Gran idea, han quedado deliciosos ¡y hasta escasos!

Los he gratinado unos minutos en el horno. No sé cuanto tiempo, hasta que quedaron dorados.


Es una cena ideal para todos, bebé incluida, a la que pronto tendremos que empezar a llamar nena pequeña al ritmo que crece. Le hemos chafado bien el huevo en la bechamel, y aunque no ha comido mucho, lo ha disfrutado bien. Esta es una foto de coliflor con bechamel...que viene a ser casi lo mismo en cuanto a montaje. Eso sí, a los huevos les he puesto mucha más bechamel. No hay foto de los huevos, se los volvieron a comer antes de sacar la cámara de la funda.

He cenado lentamente, hemos recogido tranquilos, y hemos acostado a las niñas. Quería sentarme con todo hecho y leer tranquila tu correo...no de despedida, sino de hastaluego. Sabía que iba a llorar y que querría contestarte. Necesitaba tener tiempo de hacerlo, y de hacerlo aquí, en mi blog, mi sitio más privado y más público a la vez. El sitio sin rostro que me permite sacarme de mí misma y llorar sin contención.

Es la primera vez que la crisis me hace llorar, y aunque debería estar feliz porque al menos conservas el trabajo, y continuamos las cuatro bajo el mismo paraguas, a un golpe de extensión interna y de un e-mail...no puedo dejar de llorar mientras te escribo. Son los compañeros los que hacen que los trabajos malos sean mejores, y que los buenos sean superiores. Y son las compañeras que más que eso son amigas, las que hacen la diferencia definitiva.

Pienso en los abrazos que dabas por la espalda en lo malo, en lo regular, y porque sí, que hace que todo sea más llevadero, y además de llorar sólo deseo que pronto encuentres y hagas un grupo nuevo de compañeras que puedan disfrutarte toda tú, y las lleves esa vida y esa manera de verla que tú tienes.

Pe práctica, Pe resolutiva, Pe tierna pese a su cobertura dura. No te deseo suerte porque no te va a hacer falta. No te deseo amor porque ya lo disfrutas. No te deseo amistad porque la tienes y la mantienes.

Sólo quiero darte las gracias, por estar en mi vida, y por haberme dejado entrar en la tuya.

domingo, 19 de febrero de 2012

El viaje del Elefante, de José Saramago

Me encanta la cita con la que empieza este libro: "Siempre llegamos a donde nos esperan" del Libro de los Itinerarios, que soy incapaz de encontrar, ya que al googlearlo, es inevitable que todas las referencias sean al propio citador, Saramago, y no al árabe que por lo visto allá por los años 1040 escribió una larga enciclopedia con todos los lugares del mundo. Por lo visto no conservada.

Me muero de la curiosidad.

Este libro (como libro físico) tiene anécdota para contar. Abrieron una librería con librera y librero en nuestro pueblo. Y digo librería, porque hasta ahora lo que teníamos eran varias papelerías con libros en un rincón, y algún librero, no lo niego, pero con poco que recomendar, y mucho por encargo.

Así que estábamos como niños con zapatos nuevos, y para dolor de nuestro bolsillo, pasamos de visitar la biblioteca cada semana, a visitar la librería (tuvimos que dejar de hacerlo tan a menudo, claro)

Me gusta de esta librería que lo es: o sea, que prima la lectura, y el compartir, así que también tienen de trapillo muy barato.

En la zona de libros nuevos lo vi: El Viaje del elefante. No es un secreto que me encanta Saramago. 21 euracos.

Me paseo por los de segunda mano, y casi nuevo...yo creo que sin una sola lectura, el mismo libro: 3 euros ¡qué gozo! Lo cogí como un tesoro, este no se me escapa, mientras miraba más cosas con la nena.

Otra con pinta de loca de la vida por los libros como yo, se me acerca a preguntarme lo evidente, con ojos codiciosos:

-Te lo vas a llevar, ¿verdad?
La sonrío muy grande, porque yo también lo hubiera intentado, y la confirmo que sí.

No vuelvo a recordar esto hasta 2 meses después que me lo empiezo a leer, y me siento mal por aquella loca por Saramago como yo que tal vez lo hubiera devorado el mismo día. Y me gustaría haber estado rápida de reflejos, y haberle dicho que se lo prestaba en cuanto lo terminara.

También he llegado a pensar si no debería llevarlo al mismo sitio, y revenderlo para que ella, u otro, lo encuentre y lo disfrute....pero ¡no puedoooooooooooooooooooooooooo!

Porque leo...y releo. Soy una relectora empedernida, y compulsiva, de forma que releo cada año una lista de los mismos libros. No es matemático, quien dice un año, dice 15 meses. Releo compulsivamente mis favoritos, extrañándome de haber podido no fijarme en esto, o en aquello la otra vez. Releo refocilándome en el estilo de aquel escritor o escritora que tiene la virtud de transportarme sin concentración ni esfuerzo a donde él o ella quieren.

El problema de releer es que cada vez tu lista se hace más grande, más imprescindible, y eres poco permeable a que entren cosas nuevas susceptibles de entrar en esa lista porque el listón cada vez está más alto (en tu listómetro particular) y te estresa elegir y te cabrea descubrir que has perdido el tiempo en algo no ya que no merezca relectura, sino casi la primera lectura.

Releo sin cesar Fortunata y Jacinta. Releo sin descanso Cien Años de soledad, y no entiendo como nadie que quiera evadirse, no lo haga con ese libro. Releo siempre con sorpresa El amor en los tiempos del Cólera, no siendo Gabo mi favorito en toda su bibliografía. Releo compulsivamente a Delibes y a Isabel Allende, para despejar las mezclas que se me hacen entre La Casa de los Espíritus y Paula. Releo De Amor y de Sombra, y Eva Luna. Releo los Cuentos de Eva Luna porque son cortos y caben entre cualesquiera otras cosas, en las esperas de cualquier sitio. Releo Malena es un Nombre de Tango, y Los Aires difíciles de Almudena Grandes, y Atlas de Geografía Humana. Además de Fortunata y Jacinta comienzo a echar de menos releer todo lo demás de Galdós.

Estoy deseando releer Crimen y Castigo, y Ana Karenina, e Historia de dos Ciudades, y me pregunto por qué tardé tanto el leerlos por vez primera.

Cuando descubro un autor lo exprimo hasta el final, hasta donde puedo encontrar toda su bibliografía, por eso suelo gastar poco contemporáneo, porque si te gusta el autor, tienes que ESPERAR. Con los antiguos o los de larga trayectoria no tienes ese problema, sólo tienes que recopilar. Y luego lamentar que ya están muertos, y que ni esperando saldrá nada más.

Volviendo a Saramago...es otro de los que ya, irremediablemente tengo puesto en la lista de los releibles. Pero no empezaré a hacerlo, si puedo contenerme, hasta que no avance en su bibliografía completa. Estoy deseando volver a La Caverna, el primero suyo que me leí, y El Evangelio según Jesucristo. Y por supuesto, El Viaje del Elefante.

Leer a Saramago es difícil al principio, pero si le das la oportunidad, en 25 páginas ya te has acostumbrado a la falta de guiones para marcar el diálogo, y a las mayúsculas para indicar el cambio de voz. Por lo mismo, faltan las mayúsculas para todo lo demás, nombres propios que quedan reducidos a la comunidad del resto de los sustantivos comunes, valga la redundancia.

Tengo algunas excepciones a la relectura, que recopilaré en otro post. Esto está tan largo, que ni yo creo que lo relea nunca más.

Aludiendo a Pseudosocióloga en sus comentarios en este post, aún habiéndome gustado e impresionado a partes iguales Ensayo sobre la Ceguera, jamás volveré a leerlo.
Es como La lista de Schindler, o La vida es Bella, peliculones. Pero mira, para sufrir ya sufrimos bastante en la vida cotidiana, como para repetir en un libro.

Por otra parte creo que dejo clara mi postura respecto a El Viaje del Elefante: absolutamente subjetiva por mi admiración por Saramago, parece ser que fue una historia real, que Saramago recrea con su peculiar punto de vista (y escribo en minúscula, cómo hacía él):

El viaje (a pie, por supuesto) de un elefante que el rey juan III de portugal, regala a su primo el archiduque de austria. La entrega del elefante por parte de los soldados de portugal, a los austriacos en extremadura...es de lo mejor que he leido ultimamente. Solo Saramago es capaz de recrear la estupidez humana con esa ironía que no lo parece...porque sólo cuenta.





Notas para otros posts:

-Excepciones para la relectura
-De lo que pienso con la cita de "Siempre llegamos a donde nos esperan"

Pd. He abierto otra página, Mis Lecturas, en otra pestaña de este blog. Por favor, si algún alma caritativa puede explicarme cómo poner este post allí,  estaré tan agradecida que pagaré en carne (envío redondo de ternera asado a su domicilio)

lunes, 13 de febrero de 2012

Pollo bailarín casero (Caminante no hay camino, se hace camino al andar)

El sábado pasado la nena estaba viendo Doraemon, que para quien no los conozca (ya es difícil, que llevan casi o más de 20 años en antena) es un gato cósmico en la casa de unos japoneses, compañero de Nobita, el niño. La madre es una loca perdía, que tendrá su lado bueno, como tenemos todas, pero a ésta pobre, siempre la sacan gritando.

Pues en esas estaba la mujer, chillándole al niño para que recogiera el cuarto de una vez, así que le digo yo a la nena:

-Anda, mira, una loca, gritona como yo para que hagas las cosas-
Y mi nena va y me mira, con esos ojazos grandes y esa mirada laaaaaaaaarga y dulce que tiene entre chispa y chispa mientras niega con la cabeza.
-No, mama, porque ésta entra gritando en la habitación por la mañana, y tú entras contenta, e ilusionada y me despiertas bajito y haciéndome cosquillitas, pedos y bocaos....

¡Toma ya! Yo con complejo del sargento de hierro, ¡y resulta que en el madrómetro me he salido por arriba!  ¡Toma, toma y toma!

La bebé este fin de semana dió un máximo de 6 pasitos sola ¡todo un logro! Descubrí que con unas zapatillas deportivas con más superficie de suela se ha sentido más segura y agusto.

Hoy es 13 de febrero, mañana es el día de los enamorados, y hoy los tres hemos asistido a ver como al dejarla sola en el centro del salón (de pie se mantenía bien) ha puesto la mirada en "modo bi-pedestal on" y ella solita ha alcanzado la mesa del centro. 
Quince pasitos quince de los suyos ha contado su hermana en voz alta.

Así que espero no olvidarlo, y apunto aquí, y de paso comparto: que le salieron sus primeros dos dientes (inferiores) durante nuestras vacaciones de final de septiembre, coincidiendo casi con nuestro aniversario de boda. Que los superiores los divisó su prima mayor el día de Navidad. Y que ha empezado a caminar casi por el día de los enamorados.

Y me recuerda a Serrat, y Machado, y su Caminante no hay camino, se hace camino al andar, con la bebé ya haciéndolo por su cuenta. Y recuerdo que hace casi justo 2 años lloriqueaba yo aquí por entonces, tomando de nuevo a Serrat para cantarle a la burbujita que vino y se resistía a quedarse. Sirva esto de agradecimiento a todos los que me acunásteis con vuestro consuelo, y para recordarnos, que hoy estamos aquí, lamentando, y mañana celebrando ¡todo pasará, sobre todo lo malo!

Y para que no se diga que aquí no se pone de comer, pongo mi receta del famoso pollo bailarín (versión casera, la versión del extranjero, o comprada fuera, aquí) Es una receta que también vale para todos (bebés incluidos que ya comen) ya que ¿quien, aunque sea con 4 dientes, no come pollo bien picadito y chiquitito?

Se coge un pollo, y se le lava bien por dentro, y por fuera. El pedazo de cacho de trozo de grasa que tiene en el culete, yo lo tiro, porque me da mucho repelús, pero eso va en gustos.

Se le sala bien salado, por dentro y por fuera, con generosidad.

Aparte teníamos que tener preparado (por si no lo he dicho) 4 ó 5 dientes de ajo gordos bien picaditos, que habremos puesto en una taza con aceite de oliva virgen extra.

Cogemos al pollo con una mano, y con la otra nos untamos del aceite y del ajo, y se lo ponemos ¡ojo! entre la piel y la carne del pollo, con mucho cuidadito de no romperla. Llegaremos hasta donde podamos, bien hecho se puede llegar a todo el pollo poniéndole este unte bajo la piel sin que se nos despegue y se rompa del pollo en sí. Ponemos unte también por dentro del pollo, y cuando sólo nos quede aceite, y el ajo se haya terminado, le masajeamos la piel por fuera con ese aceite, o con el resto que nos queda en las manos.

Exprimir con la mano las dos mitades de un limón encima del pollo. Tirar el limón. Bueno, mi madre se lo metía entero por el culete, pero a mí, me parece una indecencia. Yo lo tiro.

Regar el pollo con medio vaso grande de vino blanco (si es bueno, mejor) y medio de agua. Poner en el horno precalentado a 200 ºC abajo y arriba 10 minutos, y luego dejar sólo el calor de abajo para que no se achicharre durante más o menos, otros 60-90 minutos, a ojo, dependerá de vuestro horno. Regar de vez en cuando, o darle la vuelta al pollo (de ahí pollo bailarín, por las vueltas, método que practico en casa)

Acompañar de patatas fritas y si es posible, de pimientos fritos. Si son jalapeños, mejor.
Porque un pollo asado de domingo, si no va con patatas fritas y pimientos, ni es pollo asao, ni es ná!


(idea para los bebés: acompañadlo con un poquito de puré de patata si aún no comen patatas fritas)

Ojo a la foto: ¡Así es como NO hay que hacerlo! el ajo va dentro de la piel, no por fuera, que se quema. Además, hay que utilizar una fuente más grande, que si el pollo está bien muerto, no hay peligro de que escape. Otro día pongo la foto del resultado, que aquí en esta casa se destaza al pollo mientras estoy sacando la cámara de la funda.

¡Y si amas, celebraló, gritaló, y brindaló!